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28-Sep-2016 -- La primera confluencia visitada en mi país paradójicamente se ubica a mayor distancia de mi casa en Buenos Aires que la gran mayoría de las 26 confluencias anteriores, todas visitadas en territorio brasilero.
Luego de pasar unos días en El Calafate alquilamos un auto para recorrer otros puntos de la provincia de Santa Cruz. Por la ruta que une El Calafate con Rio Gallegos, y poco antes de llegar al único punto de servicios en esos 300 km (el paraje Esperanza), detuve el auto al costado del camino y comencé una caminata de unos 1500 metros por la estepa patagónica.
El clima acompañaba por lo que aparentaba ser una rápida caminata sorteando un par de cerros de leve pendiente, pero las complicaciones empezaron cuando tuve que vadear, con el agua arriba de las rodillas, dos arroyos torrentosos y de aguas heladas (probablemente afluentes del rio Coig). Si bien no tenían más de 5 metros de ancho, la profundidad superaba el metro, por lo que tuve que buscar las mejores ubicaciones para cruzarlos. Cuando por fin acometí la empresa, el frio se me clavaba en las piernas como cuchillos y luego perdía la sensibilidad (a pesar de no estar más de 1 minuto en cada Arroyo). Tanto así que saliendo del agua podía caminar descalzo sin sentir la rústica vegetación que cubría todo el terreno.
Pero ya estaba en el baile, así que seguí adelante (sorteé el segundo Arroyo sufriendo las mismas consecuencias) y finalmente emprendí la subida al último cerro, más alto, donde se encuentra la confluencia.
La soledad del paisaje es impresionante.
Luego de disfrutar un par de minutos del entorno que me rodeaba, inicié el regreso, esta vez vigilado a una distancia prudencial por unas ovejas.
La vuelta tuvo una complicación, ya que poco después de cruzar el primer Arroyo me di cuenta que me había olvidado mis lentes de sol en la otra orilla, y de ninguna manera estaba dispuesto a agregar dos cruces por esas aguas heladas para recuperarlos, por lo que los dejé para la vuelta. Claro que para un tipo de ciudad como yo no es tan fácil como parece ubicarse en medio de una estepa sin muchos puntos de referencia, y aunque dejé marcado más o menos el punto en el GPS estuve varios minutos hasta poder recuperarlos.
En total me habrá demandado una hora y media conquistar la confluencia, y en el auto mi esposa ya se estaba preocupando. Yo le había dicho que era cuestión de 45 minutos como máximo.
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28-Sep-2016 -- My first visited confluence in my country paradoxically is located further away from my home in Buenos Aires than the vast majority of my previous 26 confluences, all visited in Brazilian territory.
After spending a few days in El Calafate, we rented a car to travel elsewhere in the province of Santa Cruz. By the road linking El Calafate with Río Gallegos, and shortly before reaching the single point of service in those 300 km (hope area), I stopped the car at the side of the road and started a trek of about 1500 meters by the Patagonian steppe.
The climate was accompanied by what appeared to be a fast walk dodging a couple of slight sloping hills, but complications started when I had to wade, with the water above the knee, two icy waters (probably the Coig River tributaries) and rushing streams. Although they had no more than 5 meters of width, the depth exceeded a meter, so I had to find the best locations to cross them. When I finally did it, cold nailed in my legs such as knives and then I lost the sensitivity (although I was not more than 1 minute in each stream). So much that out of the water I could walk barefoot without feeling rustic vegetation that covered all the land.
But I was at the game, so I went ahead (waded through a second brook suffering the same consequences) and finally I undertook the ascent to the last, highest mountain, where the CP is located.
The loneliness of the landscape is impressive.
After enjoying a few minutes of the environment that surrounded me, I started the comeback, this time watched at a safe distance by a few sheep.
The return had a complication, since shortly after crossing the first stream I realized that I had forgotten my sunglasses on the other side, and in no way willing to add two crosses by those icy waters to recover them, so I left them to return. Clear that for a city guy like me, is not so easy to locate in the middle of a steppe without many points of reference, and although I left marked more or less a point on the GPS, I spent several minutes to recover them.
In total I spent an hour and a half to conquer the confluence and in the car my spouse was already concerned. I told her that it was a matter of 45 minutes maximum.