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13-Dec-2015 -- Hace ya mucho tiempo que teníamos la idea de visitar este CP. La idea original era pedirle a un pescador de la zona que nos llevase en bote hasta la ubicación precisa. Sin embargo, leímos en las noticias locales que el lago Poopó se había secado. De forma que parecía que el CP podía ser alcanzado a pie. Así que decidimos intentarlo.
Después de conducir 6 horas desde La Paz, vía Oruro, Huari y Challapata llegamos a Quillacas, cerca al lado sur del lago. Desde ahí seguimos la carretera rumbo al norte, por el lado occidental del lago por una carretera recientemente asfaltada. Llegado un punto tuvimos que desviarnos de la carretera principal para alcanzar la orilla del lago, lo cual resultó ser toda una aventura. Solo había un par de huellas muy poco utilizadas para seguir, y algunas de ellas terminaban abruptamente en el medio de la nada. Sin embargo, conseguimos llegar hasta la orilla del lago, lo cual nos tomó otras dos horas. Hubiera sido prácticamente imposible llegar sin GPS, ya que la zona está casi totalmente deshabitada y no hay nadie al que le puedas preguntar por direcciones.
Una vez que llegamos a la orilla ya eran las 5pm, por lo que era ya muy tarde para intentar llegar hasta el CP. Entonces decidimos acampar y empezar la aventura la mañana siguiente. Pero ya se veía bastante prometedora.
El lago se secó completamente, lo cual fue difícil de creer, ya que este es (o mas bien era) el segundo lago más grande de Bolivia(!). Ahora no queda más que una capa de sal. El día que llegamos estaba todavía un poco mojado, suave y bastante fangoso por debajo de la capa de sal, por lo que era imposible alcanzar el CP en auto. Tenía que ser a pie. Quizás en un par de meses esté completamente seco y se pueda conducir sobre el salar, igual que en el de Uyuni o el de Coipasa.
Después de una noche muy agradable en la carpa disfrutando del silencio absoluto y un hermoso cielo estrellado nos levantamos para preparar lo que vendría a ser una aventura memorable. Como ambos disfrutamos mucho del trail running alistamos nuestro equipo de running, empacamos suficiente agua, comida, el GPS y la cámara. Y claro está que tuvimos que utilizar lentes de sol y ponernos mucho bloqueador solar para protegernos ya que el reflejo del sol te puede cegar o provocar fuertes quemaduras en la piel, igual que en cualquier otro salar. Las condiciones climáticas fueron ideales, no había una sola nube a la vista y el viento desagradable de la noche anterior había cesado. No hacía frío en absoluto, es más, el calor terminó siendo mas problemático.
Desde la orilla del salar (ex lago Poopó) fueron 8 kilómetros hasta el CP. Los primeros tres kilómetros fueron algo mojados y suaves, pero sí permitían correr. Recién después el terreno se puso bastante más complicado. A veces la delgada capa de sal se quebraba debajo de nuestros pies haciendo que nos hundiéramos en el lodo (el cual olía bastante desagradable) hasta los tobillos o inclusive hasta las rodillas. Lo que lo hizo peor es que cada vez que intentabas sacar la pierna del barro los cristales de sal te cortaban la piel. El agua salada en las heridas no era lo más agradable del mundo, claro está. Los zapatos también se llenaron rápidamente con grandes cristales de sal y por momentos se sentía como si corriéramos descalzos sobre vidrio roto. Pero teníamos que seguir. Era ahora o nunca, ya que no íbamos a tener la oportunidad de volver en un futuro próximo.
Algunas veces era imposible seguir una ruta directa hasta el CP, ya que algunas partes eran tan fangosas que te hundías inmediatamente, haciéndolo muy difícil salir de nuevo y con una alta probabilidad de perder el zapato. Afortunadamente, esto no nos sucedió. Fue por esto que tuvimos que rodear algunas áreas muy complicadas, lo cual agregó otro kilómetro a nuestra ruta.
Luego de tres difíciles horas finalmente llegamos al CP. ¡Hora de celebrar! Como teníamos una visibilidad clara del cielo la señal del GPS era muy buena, por lo cual las coordenadas exactas 19°0'0.00"S 67°0'0.00"W se mantenían estables en la pantalla del GPS. El único problema era que no nos podíamos mantener quietos en un solo lugar por mucho tiempo ya que nos empezábamos a hundir cada vez un poco más en el lodo. Sacamos las fotografías necesarias rápidamente y emprendimos el camino de retorno. La temperatura subía cada vez más, ya era alrededor del mediodía. Afortunadamente llevamos suficiente agua, la cual nos tomamos hasta la última gota, al igual que todos los geles energéticos que teníamos. Claramente, fue un arduo trabajo. Lo bueno es que pudimos seguir nuestras huellas en el camino de retorno.
De vuelta en la carpa estábamos exhaustos pero sumamente felices por haber alcanzado el objetivo, otra aventura justo a nuestra medida. Mientras empacábamos las cosas y contemplando el lago (o lo que queda de él) nos pusimos algo melancólicos. La desaparición del segundo lago más grande de Bolivia es un desastre ambiental. Los flamencos que solían habitar las orillas del lago seguramente lograron migrar a otros hábitats, pero el resto de las especies que habitaban el lago, tales como peces y sapos, murieron todos, e inclusive puede que se hayan extinto algunas de ellas. De verdad muy, muy triste.
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13-Dec-2015 --We had the idea of visiting this CP for several months now. The original idea was to ask some fishermen to take us to the precise location. But then, we read on the local news that the Poopó lake had actually dried out. So it looked like the CP might be actually reachable by foot. So we gave it a try.
After a 6-h drive from La Paz, through Oruro, Huari and Challapata we reached Quillacas, close to the southern tip of the lake. From there we drove up along the western side of the lake along a newly paved road. But at some point we had to leave the main road to somehow get to the shore of the (former) lake, which was an adventure by itself. There were just a couple of rarely used tracks to follow. Some of them ended abruptly in the middle of nowhere, but finally we managed to get to the shore, which took us another 2 hours. It would have been nearly impossible without GPS as the area is completely unpopulated, so there is nobody around you can ask for directions.
Once we finally arrived at the shore it was already 5 pm, so it was too late to try to reach the CP that day. So we decided to camp and start the adventure in the next morning. But it already looked promising. The lake has indeed dried out completely, which was really hard to believe as it was the second largest lake in Bolivia! As of now what is left is nothing but a huge salt flat. The day we were there it was still quite wet and soft and pretty muddy underneath the thin salt layer, so it was immediately clear it was impossible to reach the CP by car. It had to be done by foot. But maybe in a couple of months you might actually drive on the salt flat, just like on the nearby Salar de Uyuni or Salar de Coipasa.
After a very pleasant night in the tent, enjoying the absolute silence and a beautiful sky featuring thousands of stars we got up and prepared for what would become a real adventure. As we both enjoy (trail) running a lot, we put on our trail running gear, packed sufficient liquids, some food, the GPS, and a camera. And of course we had to wear sun glasses and put on lots of sunblock as you can go sun blind or burn your skin badly, just like on the Salar de Uyuni. The weather conditions were ideal, not a single cloud in sight, the nasty wind from last night had stopped and it was not cold at all. The warm temperatures turned out to be more of an issue.
From the shore of the salt flat and former lake it was some 8 kilometers to the CP. The first 3 kilometers were quite wet and soft, but runnable. But then the terrain got much trickier. Sometimes the thin salt layer cracked open underneath your feet and you sank into ankle or knee deep mud, which smelled funny, to say the least. What made it worse was that each time you tried to pull out your leg the salt crystals cut into your skin. Needless to say that the salty water in your wounds wasn't exactly pleasant. Also, the shoes quickly filled up with large salt crystals, at moments it felt like running barefoot on broken glass. But we had to move on as we knew it was now or never, we wouldn't have the chance to come back soon.
A couple of times it was impossible to keep the direct route to the CP as some parts were still so muddy you sank in immediately. Sometimes it was very hard to get out again, and the chances of losing a shoe in the mud were big. Luckily that never happened. So we had to circumnavigate some nasty areas which added a kilometer to the total run/walk distance.
After three tough hours we finally reached the CP. Time to celebrate! As we had clear view of the sky the GPS signal was very good, and the exact coordinates 19°0'0.00"S 67°0'0.00"W kept stable on the GPS display. The only problem was that we couldn't stay still on the very spot for a long time as we sank deeper and deeper into the mud. So we took the pictures quickly and started our way back to the shore. On the way back it was getting warmer and warmer, it was noon already. Luckily we packed plenty of water, we drank every single drop of it and also ate all of our energy gels. Clearly, it was hard work. The good thing was that we could follow our own foot prints on the way back.
Back at the tent we were very exhausted but very happy for our achievement, another adventure just the way we like it. While packing our stuff and looking back to the lake (or what's left of it) we got quite deep in thought, though. The disappearance of Bolivia's second largest lake is an environmental disaster. The flamingos that used to live in the area might have been able to migrate to a different lake, but the rest of the species that used to live in the lake such as fishes and frogs are all dead and maybe even extinct. Very, very sad.