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16-May-2010 -- Hoy el día empezó temprano; íbamos a hacer un viaje en globo, y hay que aprovechar la hora del amanecer por que a esa hora la atmósfera es más estable. Después de esa estupenda experiencia por los aires, y de buen humor, nos dirigimos desde La Ribera de Castronuño hacia la provincia de Salamanca, para encontrarnos con la confluencia 41N-6W.

La mañana ya iba avanzando, pero el día era primaveral, así que con un agradable calor nos dirigimos dirección Vitigudino y de allí hacia la Mata de Ledesma. Cuando tuvimos que abandonar la carretera nos metimos durante un rato por un camino, que con un poco de cuidado te lleva hasta la finca en la que se encuentra la confluencia.

La confluencia se encuentra en una finca cercada con valla de lajas de piedra, -como lo están casi todas las parcelas de esa zona-, hecha más para que el ganado no se salga, que para impedir la entrada de bípedos, porque la cerca es fácil de saltar, o bien la valla de alambre se puede levantar y pasar por debajo. Ya dentro de la finca caminamos un poco siguiendo las indicaciones del GPS, y mientras disfrutábamos del agradable olor que una primavera generosa en flores silvestres nos regalaba, llegamos al punto de confluencia.

Ahora ya solo nos quedaba hacer unas fotos y disfrutar de la dehesa salmantina, poblada de encinas, o eso creíamos, porque ciertos animalitos nos habían preparado una sorpresa, y es que de repente teníamos en la finca de al lado un grupito de novillos de lidia que había ido allí para acercarse a un abrevadero y que de paso fueron a ver quienes eran los visitantes. Menos mal que sólo les atrajo la curiosidad, porque esos animales aunque jóvenes tenían unas respetables cornamentas y las vallas de piedra como quieran saltarlas no les paran lo más mínimo. Por suerte todo quedó en una simpática visita de la fauna local.

Y de allí nos fuimos a Salamanca, que siempre merece un paseo perdiéndose por sus calles.

English

16-May-2010 -- Today, the day started early; we were going to take a trip in a balloon, and we flew at dawn, when the atmosphere is steadier. After that great experience in the air, and with high spirits, we went from La Ribera de Castronuño to the province of Salamanca, to reach the confluence 41 N 6 W.

The morning was already passing by, but it was a spring day, so with a nice heat we went towards Vitigudino, and from there, to La Mata de Ledesma. When we had to leave the road, we carefully took a path which leads you to a country estate, where the confluence is.

The confluence is situated in a stone-walled plot of land, as almost all in this area are. The wall is mainly to prevent cattle from escaping, rather than to prevent the entry of bipeds, because the wall is easy to jump, and the wire can be easily lifted as well, so you can pass under it. Once we were in the plot, we walked a little, following the directions of the GPS,and we reached the point of confluence, while we enjoyed the nice smell that a spring full of wild flowers was generously giving to us.

Now we just had to take some pictures and enjoy the meadow from Salamanca, full of holm oaks, or at least that was what we thought, because certain little animals has prepared us a surprise. And suddenly, in the plot that was next to us, there was a group of fighting young bulls.which had come up to a near watering hole to see who the visitors were. Thank goodness they were only curious, because those animals, though young, had considerable horns, and if they wanted to jump, the stone walls wouldn’t had stopped them at all. Luckily, all ended in a friendly visit of the local fauna.

And from that point we went to Salamanca, which always deserves a wandering walk.